
Y cumple, de eso no quedan dudas. Dos horas en la que los personajes tocan fondo y resurgen. Excesos por donde se lo mire, una composición desde lo real que muy pocos admitirían. Angelito, el abogado en recuperación constante; Pitito, el esquizofrénico; Mirsham, el travesti de Mar de Plata; Ernesto Bilicui, odio dependiente y el Perro, el proxeneta.
Borders que se adaptan a los tiempos que corren, aunque algunos prefieran creer que sólo son personajes. Pitito que mejora y ya no escucha voces de los enanos si no que ahora los ve y la denuncia a los métodos de la neurociencia. Angelito que instala cámaras de seguridad en toda su casa (no sé si les suena conocido) y el Perro, visionario, que deleita describiendo el nuevo servicio de las trillizas enanas.
Multifacético, hiperquinético, le saca el jugo a la pantalla gigante, la iluminación y el sonido que lo complementan. Simplemente, el mono sabe que palo trepa…
No hay comentarios:
Publicar un comentario