martes, 20 de abril de 2010

Melitas "Todo bien"

En la sociedad del consumo, lo apetecible es la mirada del otro. El empeño por sentirse bien a cualquier costo.Las frases positivas y afirmativas inundan la pantalla televisiva. La publicidad de Melitas, rompe con este equilibrio cuando el protagonista contesta de un modo inesperado:"Si, todo bien... va... en realidad no" y se escuchan las hojas que caen al piso. ¿Por qué no?
Sin embargo, al mismo tiempo aparece la leyenda El mundo no está preparado para escuchar otra respuesta. Mejor sentite bien.Lo natural te hace bien. Mandato. Actitud. Costumbre. No lo sé... Una promesa de indolencia, una cultura del mejor no hablar de ciertas cosas, porque las palabras evocan. ¿Por qué no ser natural con lo que sentimos? Quizás por la necesidad de tener todo controlado, hasta las respuestas. Decir lo que los demás quieren escuchar. Una respuesta afirmativa que permite que la acción continúe y la situación esté controlada. Una muchedumbre solitaria que no se detiene, que sortea los cuestionamientos. Pero tarde o temprano todo se manifiesta. La curva dramática de la publicidad se desarrolla cuando el chico responde de un modo que no se ajusta a las expectativas.Todos huyen.Entonces ¿es pereferible callar? Por suerte en este caso, una compañera se acerca y comparten las galletitas de avena y pasas, con omega 9 y cero grasas trans.Bueno, por lo menos el producto se puede compartir.

lunes, 19 de abril de 2010

Presente

Arriba.Abajo.Rápido.Uno si,uno no.Azar.Otra vez.Instantes.Placer.Diversión.Prueba y error.Ensayo.Paso a paso.Ahora.Ayer.No importa.Inmediato. Puede ser...

Ultimo día

Hola. Fugaz.Chau.Tanto para decir.Mejor no.Sorpresa.Alivio.A otra cosa.Fin. Cambios.Ironía.Siempre hay una primera vez.Risa.Asombro.Búsqueda.Diversidad...

domingo, 18 de abril de 2010

Enroscada

Ella sabía que contaba con toda la libertad del mundo pero eso mismo la paralizaba. Una gran gama de posibilidades se desplegaban frente a ella, y aún así no avanzaba. Siempre había deseado encontrarse en esa situación, sobre todo cuando no había alternativas y la frustración la ahogaba.
Todo y nada. No podía focalizar en lo que quería. Quizás ya había olvidado lo que quería. No, no -repetía en voz baja- tengo que poder. Otra vez la sensación de ahogo. El nudo en el estómago y ganas de salir corriendo. Nadie esperaba nada de ella.
Los pensamientos se entrecruzaban y hacían mucho barullo, tanto que olvidaba qué era importante y qué no. Deseaba desesperadamente detener el tiempo, acabar con el torbellino de sensaciones. Sólo un minuto de soledad para descubrir hacia dónde iría, qué camino tomar ¿derecha o izquierda? ¿rápido o despacio? Una pregunta llevaba a la otra y se multiplicaban sin encontrar respuesta alguna.
Las agujas del reloj corrían. Sentía el viento correr por sus brazos cuando la multitud pasaba y le recordaba que ella continuaba en el mismo lugar. Ya mareada de tanto pensar decidió simplemente extender su mano hacia el picaporte y entrar a la cafetería. Quizás un buen café haría que las voces callaran y fuera más fácil resolver lo que aún parecía un misterio, su futuro.

Comodidad

Qué bueno que es lunes. Increíble. Montaña rusa. Casa. No lo puedo creer. No somos nada. ¿Me estaré volviendo loca? Casa. Un día una cosa y al otro día otra. Qué paz. Superpoderosa. Que nadie se entere. Casa. Seguridad . No lo sabe. Avanzar. Qué felicidad. Casa. Mañana seguro caigo. Es la vida. Liviana. Qué calor. Casa. Caminar. Hacer. Cero estrés. Casa. Y ahora…no quiero pensar más. Qué bueno. Ah, ah, ah. Ojalá que dure. Casa. Me pica el brazo. Ese ruido…

No pienso

Subimos el telón y sólo había una luz encendida. El paño rojo era casi gris por el efecto de la luz y aún así pudimos percibir lo que allí sucedía. La nada misma, silencio y sombras. No era necesario que habláramos, el mismo vacío nos conectaba. Segundos eternos. Las miradas se cruzaban y el diálogo mudo nos llevaba.