sábado, 18 de septiembre de 2010

Buscando

El sarcófago. Tenebroso. Es una de esas palabras que vinculo con Drácula. ¿Estará bien? No lo sé. Tendré que mantener el suspenso y hacer como me enseñó mi mamá, buscar la palabra en el diccionario. Así aprendo. Busco y encuentro.
Es increíble, ingreso la palabra en internet y aparece material sobre un grupo de holandeses borrachos. A veces la tecnología falla. Tengo que ser más específica para esquivar largos pasillos oscuros de desconocimiento. Incorporo unas comillas, un signo de suma. Quizás así tenga suerte, como predica Google, voy a tener suerte y de ese modo reina el sol.
Creo que estoy más cerca del significado de sarcófago. Se abren varias ventanas y olvido lo que busco al tiempo que me entretengo con pequeñeces. De golpe el fastidio y el llanto desconsolado de no saber lo que necesito conocer y que mis ojos piden a gritos gotitas para combatir el cansancio visual. Cierro las ventanas, pestañas, lo que sea y me ubico donde hay una cruz y clickeo.
Todo se vuelve nítido. Me invade un jolgorio infantil aún cuando no descubro qué es un sarcófago pero mi dedo y mis ojos piden un descanso. Así que para mí sarcófago y Drácula van de la mano.

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