lunes, 7 de junio de 2010

Detonación



Irma Roy, Dalma Maradona y Mónica Salvador son las protagonistas de "Fuego entre mujeres", la remake de la obra teatral "Piel de chancho". Una obra en la que los personajes o debería referirme a las actrices femeninas realizan un monopolio del espacio del Petit Tabaris. Entorno intimista y aterrador a la hora de digerir las problemáticas tratadas.
Mujeres que evaden hablar de lo que las constituye. Mujeres que adoran a Sandro, eje vinculador de la obra, que hasta posee un santuario en escena y se lleva elogios y miradas fogosas de las actrices.
Una mesa en la que transcurre la charla de las dueñas de casa que también se desplazan a los gritos por el escenario. Tres generaciones que se reprochan en voz baja y a los cuatro vientos los errores de las otras. Mujeres que proyectan. Un trastorno alimenticio, una condición sexual y un trastorno psicológico que las abraza y cachetea al mismo tiempo. Un “carbónico estropeado” en palabras del personaje de Dalma Maradona que esboza los rasgos comunes.
Donde la estructura de “cuarta pared” se rompe para establecer complicidad con el público que se deleita con la actuación de Irma Roy en un papel jugado que roba las risas de los presentes. Quien pareciera ser una víctima de un descuido, es la joyita de “Fuego entre mujeres”.
Obra que combina de un modo explosivo el dolor, el humor, y las relaciones familiares en una familia en la que los hombres brillan por su ausencia. Violencia verbal y física. Ojos que buscan cuerpos que se manifiestan, vendajes que ocultan, curaciones que embellecen, desórdenes que alteran, alcohol que hace olvidar y mucho fuego.


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